Mi viuda madre, como sin marido y sin abrigo se viese, determino arrimarse a los buenos por ser uno
dellos, y vinose a vivir a la ciudad, y alquilo una casilla, y metiose a guisar de comer a ciertos estudiantes,
y lavaba la ropa a ciertos mozos de caballos del Comendador de la Magdalena, de manera que fue
frecuentando las caballerizas. Ella y un hombre moreno de aquellos que las bestias curaban, vinieron en
conocimiento. Este algunas veces se venia a nuestra casa, y se iba a la mañana; otras veces de día llegaba
a la puerta, en achaque de comprar huevos, y entrabase en casa. Yo al principio de su entrada, pesabame
con el y habiale miedo, viendo el color y mal gesto que tenia; mas de que vi que con su venida mejoraba
el comer, fuile queriendo bien, porque siempre traía pan, pedazos de carne, y en el invierno leños, a que
nos calentábamos. De manera que, continuando con la posada y conversación, mi madre vino a darme un
negrito muy bonito, el cual yo brincaba y ayudaba a calentar. Y acuerdome que, estando el negro de mi
padre trebejando con el mozuelo, como el niño veía a mi madre y a mí blancos, y a él no, huía del con
miedo para mi madre, y señalando con el dedo decía: "¡Madre, coco!".
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Una situacion satirica es una comedia,estas siempre andan de la mano,la madre es viuda,pero metia jovenes a su casa y se enrreda con el negro de las caballerisas y tiene un hijo negro,que no entiende porque hay negros y blancos en su famila,claro es muy pequeño y tampoco sabe que el tambien es negro.